miércoles, febrero 28, 2007

La duda metódica. Una solución etílica.


Descartes establece que, primariamente, lo único indudable es mi propia existencia (bueno, la suya, no sé). Pero esto provoca una división entre el mundo (de dudosa existencia) y yo mismo. Para salvar este problema Descartes recurre a la existencia de Dios (que demuestra con dos variaciones del argumento ontológico). Esta división que abre Descartes divide a los filósofos siguientes entre realistas e idealistas.

Ayer se me ocurrió una solución laica al problema.

Yo sé que soy y existo. Pero no sé si las cosas que veo a mi alrededor existen realmente o son ilusiones de mis sentidos, como las que vive Neo cuando está conectado a Matrix, o las cajas negras del cuento de Stanislaw Lem.

Propongo el siguiente experimento. Dirijámonos a algo que parece una nevera, o que nuestros sentidos hacen pasar por tal. Abrimos (o simulamos que abrimos) la nevera y extraemos una botella de cerveza (que realmente podría no serlo). Abrimos la botella y, en el mundo de los sentidos y de lo dudable, de los remos que parecen rotos, dirigimos su contenido hacia lo que percibimos como nuestra boca.

Hasta aquí todo es dudoso. Realmente no sé si está pasando o no porque mis sentidos pueden engañarme, como cuando intento aparcar el coche, realmente no cabe y jodo el parachoques al dos caballos de delante, que por lo que se cabrea parece que se hubiera pasado la vida en una caverna viendo sombras.

Pero a continuación sucede una cosa indudable, y es que me invade una cierta euforia, un cierto optimismo, incluso las cosas me parecen indudables... me he emborrachado. Y si lo he hecho ha sido porque de alguna manera he introducido alcohol en mi cuerpo. Y de esta manera compruebo que existe una conexión indudable entre mi homúnculo y el mundo exterior.

Es decir, "me emborracho, luego existo".

1 comentario:

Anónimo dijo...

1. Completamente de acuerdo con el polemarca. Este post es puro solipsismo.

2. Una de las cosas gloriosas que recuerdo del Insti fue el destrozo de Descartes q hizo mi profe de Filosofía (el ilustre Sr. Salcedo, un ateo y postnacionalista impartiendo Filosofía en el Getxo de los 80)

Descartes demostraba la existencia de Dios, si no recuerdo mal como sigue: Todo es dudoso. Todo lo que veo es finito, imperfecto e imperecedero. Pero yo tengo las nociones de infinitud y perfección y eternidad. Si no me han llegado por la experiencia me han llegado de alquien infinito y perfecto: Dios

A los que el escéptico Salcedo preguntaba: ¿Y cuáles son tus nociones de infinitud y perfección? ¿La ausencia de finitud e imperfección?

El buen viejo Salcedo...