Por traer al blog los debates de la calle y los cafés, y sin entrar en si mete o no mete tripa.
No me parece, releyendo el histórico, que se pueda acusar de nada al juez o al fiscal Alonso. Un asesino convicto con una banda en activo respaldándole amenaza por escrito y en un medio público (explícitamente o no) a alguien, existiendo un historial de amenazas y asesinatos consumados en casos parecidos. Me parece razonable aplicar o pedir la máxima pena que contempla el Código Penal.
Otra cosa es que el Código Penal tenga aquí (como en tantas otras cosas) una cagada que en su momento se metió, supongo yo, por la causa populista del momento (sería interesante rastrearla) y que castiga con un zillón de años el delito de amenazas. Pero el propio De Juana se aprovechó en su momento de estas cagadas populistas del Código que le permitieron cumplir una pena de 20 años por matar a 25 personas.
Otra visión es la de una compañera, que reivindica para el delito de amenazas la cadena perpetua hasta que el amenazador se retracte publicamente y dé garantías de buena conducta.
1 comentario:
Pero (y ese era mi punto) no es un problema de la Justicia, ¡sino de la Ley! Y la Ley todos sabemos quien la hace.
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