Ayer, en la cola de la farmacia 24 horas, me dió por pensar en qué curiosa es la construcción de los nombres de los medicamentos. Por ejemplo, el que iba a buscar:
Synalar (gotas nasales). De "Sin" ("sinus", seno, presumiblemente nasal) e "inhalar".
Otros:
Rinomer: De "rino", nariz, y "mer", mar en francés. Agua de mar para echarse a chorrillo en la nariz.
Narinel: De "nariz". Un tubo para chupar mocos. El "nel" podría venir de "anélido" (un gusano, por la forma del tubo).
Frenadol: De "Frenar" y de "dolor".
Couldina: De "cold", resfriado, aunque al final sale "could", literalmente "podría".
Sebiprox: Champú contra la dermatitis. De "Sebo". El Prox no sé por donde viene.
Dormidina: Obvio. Para dormir.
Apiretal: De "A" (sin) y "piros" (fuego). Un antipirético.
Ritenil: Uno de la radio. De "Retener" y "Nihil", latinajo por "nada".
Obegrás: Otro de la radio. De "Obeso" y "grasa".
Viagra: Muy conocido, de "Vigor" y de "Niágara", que es un destino típico para las lunas
de miel. En España se debería haber traducido por "Viacún", de "vigor" y de "Cancún".
Tauritón: Más o menos lo mismo pero en ibérico.
Sin embargo hay otros medicamentos cuyo nombre no tiene pies ni cabeza. Por ejemplo, los antibióticos, o el Pilka, unos supositorios que mentolan los peditos de los bebés. Ni Espirifén ni Dalcy (¿puede ser por el ibuprofeno?)
1 comentario:
Mir hermano y yo nos tomamos una vez un par de sobres de un medicamento llamado "Eructin", el resultado no fue el esperado
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