lunes, febrero 26, 2007

El monje y el bibliotecario


Hemos ido al Paular a tomar un café. Visito con la niña la tienda del monasterio mientras fuera llueve y graniza. Un señor maduro, de pelito largo y cano, esposa adjunta y voz engolada le hace preguntas al monje que le está atendiendo (esa manía de los madrileños de hacernos los campechanos):
- Y aquí, ¿quedan muchos monjes?
- Ahora mismo somos ocho.
- ¿Y hay alguno joven? Quiero decir, de menos de treinta años.
- Hay dos hermanos jóvenes. - El propio monje es más joven que su interlocutor - Bueno, uno de treinta y uno y otro de treinta y cuatro.
- Vaya, ¿y no admitirán gente como yo, de mi edad?
- Sí, claro - responde el monje mirando de reojo a la mujer, sin mencionar el necesario óbito de ésta.
- Pues si tienen buena biblioteca cuenten conmigo. ¿Tienen biblioteca? - El madrileño se empieza a relamer anter el futuro deceso de su mujer. Comparto su envidia por la vida monacal pero no sé que libros se figurará que podrá leer en la biblioteca de un monasterio.
- Sí que tenemos, sí, pero necesitamos un bibliotecario. Llevamos ya cinco y todos dejaron el trabajo a la mitad. Necesitamos alguien con ganas de trabajar - el monje hace el gesto de hincar los codos, dentro de su hábito negro.
- Pues ese es mi trabajo, soy documentalista, biblioteconomista. - superfeliz, no doy un duro por la vida de su mujer - Y... supongo que tendrán muchos pergaminos.
- Pues no.
- Piel, piel, seguro que tienen mucha piel.
- No, lo siento, todos esos fondos están ahora en la biblioteca nacional, aquí lo que hay son libros modernos, normales.

Me imagino que la salida de los libros es una de las consecuencias de la desamortización de Mendizábal. Como el cambio de los monjes, que en los cuadros y retratos van de blanco (cartujos) mientras que los titulares actuales van de negro (benedictinos), como otras comunidades reinstauradas en los cuarenta.

El documentalista se despide y se retira alicaído, con su mujer y su pelito largo. Es una víctima más de Mendizábal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno, este post! Un top 10!

Curiosa, la nostalgia del retiro, un domingo de invierno mientras llueve fuera y te aburres como una ostra.

Los mismos rollos desde Fray Luis de León y Carlos V. Cómo nos empeñamos en ser predecibles!