Cueva del Soplao

Nos maravillamos, sí, por las formaciones. Me maravillo más todavía de lo poco que las deterioraron los mineros en más de 50 años de trabajos. No sé, yo me figuraba a los mineros más del tipo del albañil de obra casera, cosa que veo cosa que rompo.

La guia nos dice que no se sabe a ciencia cierta a que se debe la formacion de las "excéntricas", las puntas de aragonito que estallan desde las estalactitas en las zonas más espectaculares de la cueva. Es bonito ver qué hay tantas cosas por descubrir. Discuto con mi padre si ésto se debe a que los científicos sólo estudian los tres o cuatro asuntos glamurosos o a que la ciencia es un sistema de conocimiento que se asienta en fundamentos arbitrarios. No concluyo nada, sólo que me gusta poder reponder al enésimo porque de mis hijas: "Eso no se sabe. Si estudiais mucho podreis descubrirlo cuando seais mayores." Aqui se acaba la discusión porque mis hijas sólo quieren ser de mayores bailarinas y si no, hadas. Pero es bonito, es bonito saber que quedan (tantas) cosas por conocer.

En cualquier caso lo de las excéntricas tiene toda la pinta de ser algo electrosático.

Colonos de Catán

Jugábamos sólo tres. Mr.J. se apoyó en el auge de su producción de piedra para hacer en seguida tres pueblos, la gran ruta comercial y el castillo de los caballeros. Nueve puntos. Y de un piedrazo levantó la ciudad de Jotápolis y terminó la partida. Termino convencido de que los dados del Catán están cargados ¿cómo puede salir más veces el 3 que el 4?

La casa de nuestro anfitrión está perfectamente arreglada junto a la calle de la Luna. ¡Que gusto caminar por esas calles y ver gente! Gente variada, gente joven y alguna, alguna gente viva.

Nota sobre Take-a-Wok: Aunque las fotos de los folletos no lo demuestran las cajitas con los "platos principales" son autenticamente diminutas (ver foto), nada que ver con las esplendorosamente grasientas grandes cajas de pizza. Acabé satisfecho, pero no sé si fue porque las cajitas de Take-a-Wok cunden más de lo que parece o por las dos bolsitas de cocktail de frutos secos que nos zampamos nada más empezar.

La parte más bonita de la temporada

Para los madridistas esta es la parte más bonita de la temporada. Todo son fichajes, todo son ilusiones. Cada día abres el periódico con emoción preguntándote a quien habremos fichado, en quien nos habremos fijado hoy. Luego buscas en youtube algún montaje espectacular con las tres jugadas buenas que ha hecho en su vida ese jugador siempre contra equipos de tercera división. Ilusión, como digo, que siendo el hombre un animal proyectado en el futuro es la alegría más real que vivimos. Y además certeza, porque el Real Madrid está cuajado de millones mientras los demás no (valga como demostración de que en el mundo sólo hay dos clubes universales: el Madrid y el Manchester U.).

Luego vendrá Septiembre, la pelota rodará, botará, entrará o no entrará, Dios maldiga los esféricos. Pero hasta entonces viviremos felices la matemática certidumbre que dan los muchos millones de euros.

Contra los entrenadores

En general los entrenadores de fútbol no mejoran un equipo, sólo tienen la capacidad de empeorarlo. Hay algunos casos, muy pocos casos, de entrenadores demostrablemente buenos. Son aquellos que, con los mismos jugadores que tenía un equipo, lo han hecho campeón. Mi lista particular es muy corta: Capello, Guardiola y Mourinho, quizás Sacchi.

No me atrevo a poner en la lista de Del Bosque. Es cierto que sin él el Madrid se fue hundiendo, pero lo veo más demérito de los que le siguieron que mérito suyo.

Contra el futuro

El hombre vive en el futuro. El problema de mañana no nos deja dormir hoy.

Miserere de Allegri

La música es el arte balsámico para el corazón. Y es también el arte más puramente abstracto, sólo matemática que brota y desaparece durando exactamente cero segundos acariciando esa cosa abstracta que somos nosotros.

Contra las audiencias

Según las mediciones de audiencia unos 16 millones de españoles vieron por televisióntoda o parte de la final de la Copa del Mundo de fútbol. Eso quiere decir que 28 millones de españoles no vieron el partido. Supongo que estos españoles estaban leyendo a Kierkegaard o algo así.

Ayer me encontré en el periódico a uno de esos españoles, Nacho Duato, que no vio el partido porque estaba en su hotel de Londres descansando de tanto bailar.

Munchkin

Soy un medio elfo, clérigo y ladrón de nivel 9. Tengo las Mallas de Fuerza Prodigiosa, el Casco de Poder y la Pócima Asquerosa. Mi predecesor ha enterrado profundamente al último monstruo así que no puedo resucitarlo y debo abrir una nueva puerta. ¿Qué me encuentro? ¡Maravilloso! ¡Las novias esqueleto! Me lanzo contra ellas con todas mis armas y para asegurar mi merecidísima victoria invoco el hechizo de Doppelganger duplicándome, en plan Matrix, en dos superguerreros. ¡Voy a ganar! Pero no. Mi vil predecesor (enano guerrero) lanza un nuevo hechizo y desconcierta a los esqueletos que se van a joder a otra parte (al elfo del otro lado de la mesa, para ser exacto). Y en la siguiente mano viene el cobrador de impuestos y pierdo, además de la poca moral que me quedaba, todos mis artificios mágicos.

Venció finalmente el Polemarca, el dueño del juego, espero que le consolara por las cartas que perdió diluidas en cerveza.

Por lo demás, juego de cartas para connosieurs de los juegos de rol. Debemos de ser muchos para que haya habido tantas expansiones. Está lleno de guiños y bromas. Al principio pensaba que provocaría demasiada diferencia entre ganadores y perdedores, porque es realmente complicado salir de los niveles más bajos pero según se suben niveles es más fácil vencer a los monstruos. Pero al final llegamos todos en bloque a los nueve puntos. Supongo que la estrategia adecuada es dar caña desde el principio para mantener abajo a los rivales pero no lo hicimos (ese corazoncito solidario de jugador de rol, sois todos un grupo, estais sentados alrededor de la mesa de una taberna en la aldea perdida de ...). El juego es un tanto impredecible, eso sí, ninguna estrategia se sostiene cuando de repente puede aparecer un vendedor de seguros o un vómito galáctico.

La mayor ocasión que vieron los tiempos

La mayor ocasión que vieron los tiempos. La Copa del Mundo de fútbol en el Centro del Universo.

Huelga de metro

Siento un profundo cabreo ante la huelga de metro. Mi único pensamiento es ¿cómo puedo joder a los huelguistas igual que ellos me han jodido a mí?

Dos links al paleoceno: uno y otro.