lunes, octubre 23, 2006
El Molino de Horcajuelo
El sábado hizo un día estupendo, de nubes bajas y sol dorado. En un golpe de optimismo meteorológico nos creemos lo que dice Barrabés, que la tercera borrasca de la semana estará el Domingo a mediodía todavía sobre Gredos y salimos a Horcajuelo.
Horcajuelo es un pueblo rural pegadito a Montejo. Los madrileños han construido o rehabilitado las casas y luego las han cubierto de pedruscos y vigas de madera siguiendo un estilo rústico oficial un poco postizo.
Seguimos el breve paseo hasta la aliseda de Horcajuelo y el molino rehabilitado que hay pocos metros más arriba. (45' según el libro o guía que llevo en la mano con el dedo metido entre las hojas, empapándose dedo y libro, me pregunto donde llevaban Stanley o Scott sus libros o guías, si los llevaban en la mano con el dedo metido entre las hojas, expuesto a la inclemencia del tiempo, o metidos en la mochila y hacían detenerse a toda la expedición, con sus cientos de perros y porteadores cada vez que tuvieran una duda). Hay mucha niebla. Cuando se abre un poco aparecen los amarillos y los rojos del Otoño en los bosques.
A la vuelta paramos en una dehesa de robles fantasmagóricos a almorzar algo (tortilla de patatas, pan Bimbo y empanadillas artesanales). Bajamos a la niña de la mochila. En ese momento empieza a jarrear, hay que volver a subir a la cría y poner las fundas impermeable. Bajamos rapidamente, con la cría estirando el cuello, asomando su cabeza sobre la mía como un cochero en su pescante.
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