Al llegar me encuentro un revuelo de Madres Preponderantes (esas madres odiosas que el destino reserva a las reuniones de colegio o a las de vecinos). Veo un cartel, el típico folio de powerpoint pegado con celo que tanto se estila en la administración: "Familia Numerosa Enfrente". Voy enfrente. Otro folio. "Para Familia Numerosa cojan número". En la pared encuentro el siguiente folio indicativo: "Cojan los números en la máquina de la entrada". Vuelo a la entrada y veo la máquina. Los botones están tapados con otro folio más: "Números agotados". Se me aparece otro folio: "Con números agotados no se atiende hasta el día siguiente".
Para redondear la humillación una Madre Preponderante me aclara número en mano que para hoy me olvide, que hay que estar muy pronto, como ella, que llegó a las seis y media de la mañana para tener el número 14 (La madre habla en ese tono que ponen automáticamente las Madres Preponderantes para que les oigan los demás sin hablarles directamente, que me oigan, me da igual que me oigan, a ver si se dan por aludidos, para ellas el mundo es una eterna cola de supermercado. En sus ojos leo los subtítulos de su discurso interno: "...que te crees tú, mal padre que has venido a las nueve en vez de madrugar por tu prole, seguro que tus hijos son unos malcriados..."). Odio profundamente a la Madre Preponderante, a la Madre Preponderante que la parió y a la Administración en general.
Para los desgraciados como yo queda una opción desesperada, que es dejar la documentación en el Registro (enfrente) poner una vela a Santa Rita y esperar que el funcionario al que le toque el papel sea benévolo (supongo que el número de teléfono y el email te lo piden con propósitos estadísticos, donde esté una buena denegación en el Boletín...) Si hay suerte en mes y medio o dos meses me mandarán el carnet a casa (las Madres Preponderantes lo obtienen al momento, las peticiones del registro tienen que pasar dos meses sentadas en una bandeja hasta adquirir ese hálito de Gran Reserva que impele a los funcionarios a actuar)
La funcionaria del Registro es muy amable y me ayuda a verificar que he incluido todos los datos y documentos. Le pregunto si esta cola está así siempre:
- Desde hace unos meses esto se llena. Antes no era así.
No creo que ahora las familias numerosas sean más numerosas. Más bien supongo que la crisis nos anima a arañar esos irrisorios descuentillos extras aunque sea pasando por esta humillación novecentista.