miércoles, enero 10, 2007
En la fila del autoservicio
Estamos en el comedor en la fila del autoservicio, cogiendo cada uno su comida (en mi caso cocido completo y dos mandarinas). Voy comentando a mi compañera la grandiosidad de la Cabalgata de Reyes madrileña: la cantidad de público, las carrozas, los caballos, los dragones voladores y los barrenderos.
La cocinera que está sirviendo la sopa interviene: "Yo hace ya mucho que no voy, fíjate, que iba cuando mi hijo era pequeño y ya tiene treinta y cinco años. A mí me encantaba de chiquitita. Llegué a Madrid con nueve años y al verla por primera vez me emocioné tanto que me fui detrás de los Reyes Magos y me perdí de mi madre. Que luego ¿para que tanta emoción? Si ese año los Reyes me echaron una naranja. Fíjate, una naranja. Y al año siguiente una caja de esas de galletas María. ¿Le pongo de todo con los garbanzos?"
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