jueves, abril 26, 2007

Picanha fatiada


Lo mejor que tiene el jet lag (decir que lo único sería demasiado radical) es ver como el propio cuerpo también cumple las leyes de la biología de un suplemento de salud y cada día me despierto una hora más tarde. Hoy ha sido a las cinco. Espero que mi cuerpo se porte con la misma previsibilidad científica cuando esté en las manos de los médicos.

El madrugón me ha servido para descubrir frigolitos de tamaño modesto, como un centímetro, sobre la cama. Analizando su origen he descubierto que los despide el aparato de aire acondicionado al apagarse.

Ayer fuimos a cenar al Juarez, un bar bastante famoso en la ciudad. Está lleno, y eso que es Miércoles. Esperamos media hora para sentarnos. Tomamos picaña fileteada que tenemos que freirnos nosotros mismos sobre hornillos, otra vez el tema éste de la restauración tipo Ikea, hágaselo usted mismo, a medio camino entre la culinaria seria y mis primeras cocinitas. Las cervezas (chopps) las sirven en vasos parecidos a los de las cañas de Madrid, algo más grandes. La espuma es menos consistente que la madrileña pero el sabor más agradable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ola!! Eu gosto ò churrasco de picanha!! ;-)