Todas las matanzas ocultan una historia. La señorita M. opina que aquí se oculta una historia de amor (y celos). Según ella este chico encontró en un dormitorio juntos a una chica, de la cual estaba enamorado platonicamente, y a un chico. Los mató y luego se dejó llevar por la furia asesina. Sería algo así como un Menelao pequeñito y coreano, nada que no haya pasado antes.
Lo que es importante es que los americanos aprendan varias lecciones de una vez por todas:
- Lo primero el control de armas. Si cualquier otro estudiante hubiera llevado esa mañana un arma de calibre medio, semiautomática, idealmente un rifle de asalto, la tragedia no hubiera sucedido.
- Las universidades españolas pueden ser peores pero eso sí, son más seguras. Ningún estudiante español tiene iniciativa o capacidad de planificación para montar un lío así, en plan Menelao pequeñito.
- En tu lugar de trabajo identifica y controla siempre, siempre, a los individuos susceptibles de ser arrastrados por la furia asesina. Procura no darles la espalda.
- ¿Para cuando una normativa sobre puertas a prueba de balas?
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