miércoles, abril 25, 2007
Jet-lag en Sao Paulo
Me he despertado a las 4, que para mí serían las 9 y ya no conseguía dormirme. Cosas de la edad y del jet-lag. Esta debe de ser la causa de la precariedad de las conquistas europeas en América, que hasta que a los conquistadores se les pasaba estaban medio atontados y los indios, los criollos y Simón Bolívar se aprovechaban.
Además estoy agotado, lo cual es lógico después de hacerme todo el viaje a pie. Porque no nos engañemos, el business-case de las compañías aereas es hacerte viajar a pie.
Primero sales de Barajas (tú crees que entras) y llegas hasta la mitad de camino de Sao Paulo a base de trenes, cintas transportadoras y caminar, cargado como un burro con un equipaje que en ningún caso se puede llamar de mano. Entonces te suben en un cubículo ruidoso donde te dan de comer el almuerzo de la señorita Pepis. Y luego tal cual te bajan y recorres la otra mitad del recorrido de nuevo a pie, en escalera mecánica, cinta transportadora y lo que sea cargado como un mulo con esos bultos que es imposible llevar en una mano.
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