miércoles, junio 10, 2009
Nevero (por el Collado del Agua Fría)
Llevaba tiempo teniendo que bloguear esta excursión. Por fin me descargué las fotos de la cámara y puedo anotarla hoy.
Subimos al Nevero por su lado Segoviano. Para eso llegamos con el coche por el puerto de Navafría hasta una curva de la carretera, la que queda bajo el collado del Agua Fría. Desde esa curva salimos por la pista que llanea hacia el Norte, hasta que llegamos a la gran curva al oeste con que la pista rodea el espolón de la montaña. Aquí la dejamos hacia el Sur y subimos por el cordalillo, junto a una valla, hasta el promontorio que corona una torre de vigilancia contra incendios. Este tramo, empinado, por una vía de saca, se nos ha hecho duro pero será el único.
Desde la base de la caseta seguimos hacia el Sur por el cordal y llegamos al collado del Agua Fría. Muy bonito. En medio hay una especie de capilla con altar. Una pista llega a este collado desde el puerto de Navafría, parece que con comodidad. La seguimos muy poco para desviarnos de ella para seguir en dirección Sur, hacia las alturas. La nieve nos tapa el camino pero conseguimos encontrarlo y seguir. El camino pese a la pendiente se hace cómodo. Al rato estamos ya en el gran vacío de la cima, por donde Dios pasea los domingos por la tarde acompañado de dos grandes perros negros (se llaman Deimos y Fobos, una especie de broma divina) escuchando el futbol en un transistor.
Almorzamos en la cumbre, junto a las fortificaciones de la guerra. Las nubes están paradas ahí, dejándonos ver sólo el soleado lado madrileño. De repente pegan un salto y cubren todo, la temperatura baja de un salto y salimos pitando hacia el coche.
Para acortar bajamos directamente hacia el mismo desde el collado del Agua Fría. La bajada es bastante empinada, por restos de sendero, siguiendo a ratos unos borrosos mojones, pero donde hay fé hay también esperanza y así llegamos directamente al coche.
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