miércoles, diciembre 31, 2008

Perspectivas del Mont Blanc. Selección de Isabel González-Gallarza

Comento con gusto este libro, una selección que ha hecho, inopinadamente, una amiga para la editoria Alba. Y empiezo preguntándome (y preguntándole) si pasaron por su cabeza las nosecuantas vistas del Monte Fuji, de nosequien, porque se huele un paralelismo en el título y sobre todo en los textos que suplen narrativamente los dibujos de la famosa serie. Si no lo había ahora puede decidir que lo hay.

Ya me preguntaba antes como había llegado a Rebuffat. Magnífica elección, sí. Y otra elección realmente máxima: la Guide Vallot. Y es que las guías de montaña son una escuela literaria en si mismas, en su sopesado equilibrio entre prepotencia, paternalismo, detalle y minimalismo, estética y técnica, anécdota y asunto.

Se podría escribir un tratado sobre las guías de montaña. A las guías hay que medirlas y aquilatarlas. No es raro (más bien infrecuente) que lo que en una es dificultad máxima para otra sea "sin dificultad". Sobre todo cuando se inmiscuyen (en España) los Pirineos o los Picos de Europa.

Hace ya varios años subiamos al Pico de Marboré, sobre el Balneario de Panticosa. Conquistado el Pico, no sin cansancio y un punto de vértigo, tumbados en la cumbre disfrutando del sol y la siesta Anonymous (que entonces vivía en Chicago, Estados Unidos) tomó la guía (100 cumbres del Pirineo Aragonés, Ed SUA) y empezó a hojearla. De pronto leyó en voz alta (cito de memoria): "Pico de Marboré: pico de poca importancia en una zona poco destacada de los Pirineos... ¡joder! Si lo llego a saber no vengo. En Estados Unidos cualquier cosa que te vendan, incluso en una guía, es siempre Máxima, Fabulosa, Lifetime Experience. Así nos pinta el pelo..."

Pues sí, se podría escribir mucho sobre las guías. Las peores son las guías navarras, concebidas con el único fin de insultar al pusilánime visitante que la compró y que echa, indefectiblemente, un día entero para recorrer lo que el Escritor cruzó en hora y media. Cuando SUA escribe para el Pais Vasco también sigue esa línea despectiva. Estoy pensando también en mi teoría de la idempotencia de las excursiones que expondré en otro momento.

Me enrollo accidentalmente. Bueno. Sigo con el libro. No me parece, si se me permite, una recopilación sobre el Mont Blanc sino sobre la gente que vió, que ve el Mont Blanc. En la selección el Mont Blanc personifica las montañas en general y asi recoge las impresiones (de miedo, de odio, de pasmo, de amor) de los escritores. Creo que es adecuado porque el Mont Blanc es más un macizo que una montaña, no tiene ese carácter personalísimo que tienen por ejemplo el Cervino o los ocho miles.

Podría haber sido el libro (y dejo ahí la idea) un libro de Perspectivas de Pierre Balmat. El amigo Balmat aparece varias veces y creo que la recopiladora ha buscado este efecto. Me parece una idea espléndida que merecería la pena explorar: la misma persona conocida en directo o en diferido y mostrada desde esas diferentes perspectivas, como si fuera el Monte Fuji, o el Mont Blanc.

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