Este comienzo de las vacaciones me ha dado algunos minutos de mis tres días y, al igual que el califa, quiero anotarlos para mi futura y breve contabilidad existencia: veinte minutos esta mañana jugando al "nudo borregudo" a pelotazos y cosquillas en su cuarto, media hora jugando a esconder cosas con la menor mientras la mayor hacía sus primeros juegos en el ordenador, quince minutos viéndolas jugar en la plaza del pilón nevada y media hora leyendo a Hans Kung ("¿Vida eterna?") mientras las niñas echaban la siesta.
Factores comunes: previsilidad, insignificancia, sencillez.
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