Otra novela de Bevilacqua y Chamorro. Como en el resto de la serie lo mejor, haber cogido dos guardias civiles como protagonistas. España, los mossos, los jueces... bien plantados, en su justo protagonismo.
La trama de esta novela es simple, sucinta, lineal. Tiene poca historia, la verdad. Parece que Mr.Silva ha seguido la máxima de dejar sueltos a sus personajes en un entorno y, vaya, resulta que la Guardia Civil es tan buena que resuelve el caso en dos patadas y con alguna escena más digna de "Los Hombres de Paco".
El lenguaje resulta pesadamente pretencioso y aquí no podemos echar la culpa al traductor. Como si escribiera la segunda mejor alumna de un aula de ESO. Le pasa también a Reverte y es una pena. Estos autores deberían leer más a Asimov, por ejemplo, que consigue hacer desaparecer el lenguaje de esa forzada intermediación entre el lector y el asunto.
De los dos protagonistas se me queda como Mucho Mejor Personaje Chamorro. Pero mucho mejor. Bevilacqua me resulta un Alatriste más, un personaje monotonamente recursivo en nuestras novelas, aquí hemos visto demasiado Clint Eastwood. Bevilacqua es como si alguien le hubiese puesto a Alatriste un tricornio y un diván. Chamorro en cambio me resulta agradablemente conocida.
Me sorprende, la verdad, este tino de Lorenzo Silva con su protagonista femenina. Debería reflexionar sobre ello, igual tenemos aquí al improbable George Cuckor de la novela española. Puede que la virtud resida en la escasez de líneas que la dedica. O no. Estoy pensando en la escena del chat. Parece como si más allá de la pedante subjetividad de Bevilacqua hubiera un personaje real, alguien que realmente (en el sentido rotundo de la palabra) existe: Virginia Chamorro. Que extraña sensación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario