jueves, diciembre 18, 2008

Jan Potocki, Manuscrito encontrado en Zaragoza

He leído este libro por culpa de la crisis. Llevado por el Espíritu Del Ahorro Desmesurado visité hace unos días las inmensas reservas impresas de mi padre (esos armarios cerrados con los libros en triple fila y dos alturas, con las bladas de aglomerado levemente combadas y oliendo a papel "pulp" húmedo). De allí saqué el Napoleón que ya he leído pero no he comentado y este libro, "Manuscrito encontrado en Zaragoza", que pese a su exótico título nunca me había atrevido a leer.

Por supuesto es un libro para entender con su contexto, un libro de esos "interesantes" más que entretenidos. Aunque no, no puedo negar que es entretenida, mejor, estimulante, su descarada apología de los tríos y del lesbianismo morboso.

También forma parte del contexto el propio autor. Es imprescindible empezar leyendo su vida apasionante. A efectos de esta humilde crítica baste decir que fue un noble polaco cuando no existía Polonia que viajó por todo el mundo. Su criado Ibrahim vestía a la turca.

La novela es fantástica, una serie de relatos breves que se colocarían en el tránsito de las novelas de caballerías al romanticismo gótico (que corre hacia los "Cuentos de la Alhambra" y las "Leyendas"). Están llenos de espíritus, demonios sáficos amantes de los tríos, encantamientos y brujerías en el desesperado entorno de la España interior. Noto que, aunque España es en la novela sobre todo un reclamo (exótica, salvaje, mágica) no deja de sintonizar con el retrato pelado y árido que hace de ella poco después George Borrow en su documental "La Biblia en España".

Otro retrogusto: hay muchos momentos en que la novela recuerda a alguna película fantástica de los años 70, alemana, quizás de Werner Herzog.

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