En un capítulo de "Al morir Don Quijote" los personajes, alguno de los personajes, se dan cuenta de que alguien está escribiendo libros con su vida, o más bien con la vida de don Quijote la cual absorbe o implica partes de la vida de ellos mismos. Esto les deja muy preocupados. De repente se sienten personajes cada una de cuyas acciones será o podrá ser observada, analizada y, lo peor, juzgada, por otros.
Me temo que con mi último blog (la crónica de la excursión) he provocado esta sensación en mi querido Polemarca.
Cuando nos sentimos personajes, cuando sabemos que nuestras acciones van a quedar grabadas para la posteridad, cambiamos. Y así si nos sacan una foto nos paramos y miramos a la cámara, o al tendido, y nos alisamos la ropa, nos quitamos la gorra tan fea y tan práctica, nos quitamos o nos ponemos las gafas de sol. Y si nos filman en video podemos quedarnos quietos y serios, o nos movemos lentamente, o intentamos decir algo gracioso y ocurrente, algo que nos retrate y nos fije para siempre como los payasos que no somos.
Porque en cierto modo, y en este mundo, todo lo nuestro muere menos esa imagen, esa estampa, ese cabello sin gorra o esa camisa bien puesta, de manera que ya no seremos lo que fuimos realmente, sino que sólo seremos lo que quedó retratado.
Ahora los blogs (y también este blog) hacen que ya no sea necesaria una cámara ni un lienzo, sino unicamente los ojos manchados y subjetivos de los blogueros, que en principio somos todos, para retratar y fijar una persona en la Historia a partir de una frase mal dicha, de un mal día o de un mal gesto que se elevan a la categoría de eternos. Y si el bloguero es sutil o puñetero ni siquiera eso: se empeñará en destripar un movimiento de mano, una caida de ojos, una inspiración impaciente para encajarlo en el esquema general de su breve relato.
(Ay Dios mío, a ver si me acabo de una vez el libro del joven Marías)
1 comentario:
En resumen, conocer a alguien q escribe en un blog te convierte en concursante de Gran Hermano.
Conoci a quien dijo que una excursión con charla derrota el mismo propósito de la excursión: abandonar la ciudad (tan humanizada) y sumergirte en el reino mineral y vegetal.
(Claro que quien dijo esto, también charlaba mucho en las excursiones)
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