lunes, febrero 09, 2009

Contra los autobuses de la EMT

Parece que algunos autobuses de la EMT (no los he visto todavía) prometen la felicidad eterna a los ateos.

Dejando a un lado los falsos ateismos (Feuerbach, Marx o Comte, la sustitución de un Dios por otro, "Cuando el hombre deja de creer en Dios pasa a creer cualquier tontería" decía Chesterton) el pensamiento ateo conduce a la negación de los valores trascendentes: la justicia, la solidaridad, el amor se reducen a fenómenos químicos o de economía primitiva. De ahí el pensamiento se mueve logicamente hacia el existencialismo. Y el existencialismo es habitualmente infeliz porque el hombre se ve viviendo una vida insoportablemente leve, que no vale para nada ni por nada, en la que ningún acto tiene ninguna trascendencia.

Para los autobuses de la EMT y los filósofos postmodernos no es así(el postmodernismo es la filosofía de hace veinte años y es la que sustenta los dominicales, los dominicales son el Corte Inglés del pensamiento). Y no disparo al aire, hablamos de Savater o de Sadaba. Me gustaría saber en que punto los filósofos postmodernos, los dominicales y los autobuses de la EMT interrumpen su pensamiento para no llegar al existencialismo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El existencialismo al ateo que coje el autobús debe ser algo así como el Benedicto XVI a la creyente de misa los domingos que no le vienen mal.

Un enorme porcentaje de nuestra sociedad, a mi modo de ver un 80% agnóstica, digan lo que digan, lo que sabe es que no hay que ser malos para no ir a la carcel, y mejor ser buenos porque si todos fueramos medio malos nos iría peor y no nos fiaríamos de nadie. Y también les queda un quien sabe, si al final resulta que... hay algo.

Ya sea por presencia u omisión todos somos un cierto porcentaje creyentes, al menos creyentes en lo que ignoramos, porque la vida enseña que es mucho más lo que ignoramos que lo que sabemos.

En definitiva: El ateo es tan creyente en la no existencia de Dios, como el santo martir en su existencia. Lo que les hace iguales, es la duda. Y esa duda la tenemos todos en mayor o menor medida.

Lo de los autobuses es un juego. Fijaos además la inmodestia de la asociación de creyentes que en su anuncio afirman sin paleativos la existencia de Dios, mientras los ateos se limitan a poner que... tal vez, muy probablemente no exista. Desde mi punto de vista, en lo lúdico, mi simpatía con los ateos, mucha más categoría, ja ja.

Anónimo dijo...

Hay miga..

"el pensamiento ateo conduce a la negación de los valores trascendentes: la justicia, la solidaridad, el amor se reducen a fenómenos químicos o de economía primitiva"

No creo, la justicia y solidaridad sólo han sido reconocidos como valores vinculantes en las sociedades que se han secularizado.

¿La católica Florencia del S. XV o el produndamente musulmán Irán respeta mucho más la justicia o la solidaridad que la atea Suecia actual?

"De ahí el pensamiento se mueve logicamente hacia el existencialismo. Y el existencialismo es habitualmente infeliz"

Cuando sepa medir la felicidad haré un experimento para ver si esta frase es cierta. Hasta entonces no tiene contenido empírico...

vancook dijo...

Suecia, como el resto de occidente, es cristiana. Su sistema de valores lo es, otra cosa es que su población no lo sea. Pero viven y trabajan como si la igualdad, la solidaridad, o la felicidad del prójimo fueran importantes y todo eso son cosas que salieron de los desiertos del cercano oriente, alrededor del 1000 adC.

Una sociedad secularizada no es una sociedad atea.

Es difícil encontrar ateos de verdad. Ni Marx lo es, que intenta dar una justificación científica a los valores cristianos. Ni Nietzsche ni Dawkings lo son, porque lo que hacen es sustituir un Dios (un absoluto) por otro. Quizás Sartre lo sea. Y algunos autobuses de la EMT.

El existencialismo es desesperación (en el sentido de falta de esperanza). Se puede apelar al teatro, las novelas o la propia vida de sus representantes para comprobarlo. Vivir ¿para qué? Disfrutar ¿para qué? Preocuparse ¿para qué? Ni siquiera el epicureismo blando del dominical resiste ante un pensamiento así.

Si hubiera que definir de alguna manera la teología de los autobuses de la EMT sería como "agnosticismo blandamente acomodaticio y epicúreo".

Anónimo dijo...

Espero mucho mas de la (reconocida) capacidad dialectica del capitan Van Cook. Decir que "todo lo bueno es cristiano" (aún sin saberlo) es tan barato como el argumento de que "la solidaridad es de izquierdas porque sólo la izquierda se preocupa de los pobres".

Se me caen los anillos, o sea.

Anónimo dijo...

Señor Anónimo:

Se ha pillado usted mismo. Si usted opina que los valores del Sermón de la Montaña son buenos... es que usted es cristiano. Lamento decírselo pero debe hacerse a la idea. Si lo desea puedo recomendarle algunas marcas buenas de cilicios.

Usted dirá (y perdone por anticiparme, pero así nos ahorramos posts) que forman parte de la moral natural.

¿Natural? El sermón de la montaña fue en su momento antinatural. Para los romanos, griegos o persas era una moral de débiles y esclavos. Nietzsche entendió siempre ésto.

Otro punto interesante (creo que merecería un post) es la relación entre Moral Superior (bien sea natural o religiosa) y política. He leído ya dos veces que la existencia de esta Moral externa al hombre es un fundamento del liberalismo.