1.- Que El Rey León no es más que una transposición, simplificada, de Hamlet. esto es obvio.
2.- Que la duda de Hamlet es la misma que la de Simba: si aceptar o no las responsabilidades de la madurez.
Juro que hasta entonces no había entendido la duda de Hamlet.
Me parece inapropiado colocar a una mujer, en este caso a Blanca Portillo protagonizando Hamlet y proclamar simultaneamente que no se está cambiando el contenido de la obra. Alega la señorita Portillo que la historia de Hamlet es asexual.
No estoy de acuerdo. Igual que el ciclo del embarazo y la maternidad es femenino el terror a la responsabilidad y la madurez es un mito masculino, el de su adolescencia y juventud. ¿Lo viven las mujeres? Seguro que sí. Pero aún así el director está provocando un cambio de calado en las connotaciones de la obra. Como (y perdón, odio los símiles) como poner un hombre haciendo de doña Inés, una mujer de Otelo o un niño del rey Lear. No pueden presumir de dejar intacto lo que quiso escribir Shakespeare.
2 comentarios:
Hombre, yo diría que es un hándicap, pero hay que verla... también hizo de inquisidor en la de alatriste (con todos los respetos y salvando distancias literarias)
Eso sí, si mantiene el contexto histórico de la obra... pues es contradictorio, porque mantener el contexto histórico salvo ese elemento precísamente (simplemente porque no se ha hecho antes?), pero si en cambio se actualizado todo el contexto por igual... pues aparentará menos Shakespeare pero tal vez pueda contemplarse su esencia. Entonces tal vez se pueda afirmar que el papel es asexsual... pero vamos, hay que conocer bien la hobra y presenciar esta adaptación para juzgar.
Otras sí, pero no me explico cómo me ha salido una h en obra, lo juro.
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