jueves, febrero 26, 2009
La muerte del keynesianismo
Hace mucho tiempo, paseando una noche de esas de Agosto por el barrio el señor P. se fijó en una de esas zanjas eternas que el ayuntamiento abre y cierra continuamente. "¿Veis eso?" nos decía (estudiaba Economía entonces) "Eso es keynesianismo puro. pagas a un tío por abrir un agujero y a otro por taparlo".
Yo siempre supuse que eso era una exageración muy propia de una noche de Agosto en un barrio vacío, después de algunas cañas y una ración de oreja. El keynesianismo debe de postular, quizás en la letra pequeña, que las infraestructuras a construir tienen que ser productivas. Es más, hay que discutir cuan productivas tienen que ser.
El NYTimes iluminaba el debate que debería haber (y que en nuestro pais no hay porque preferimos hablar de venados o de la becaria de Wyoming) con un artículo sobre la crisis de Japón. Existen indicios de que en Japón las infraestructuras marginalmente productivas (autopistas, puentes, aeropuertos menores) fueron contraproducentes y contribuyeron a agravar la crisis de los 90. Sólo las directamente productivas (citaban parques de atracciones o centros comerciales) realmente fueron globalmente positivas.
Aquí, obviamente, los ayuntamientos no se han puesto a pensar en esas minucias. El siempre fecundo político español ha desmontado a pelotazos el keynesianismo.
miércoles, febrero 25, 2009
Contra los parches
En todos los países estamos generando una sucesión de parches "que parecen salidos de un brainstorm". Estos parches tienen sólo una cosa en común: que no se sabe si van a funcionar o no. Dan, eso sí, una sensación tremenda de que corremos muchísimo sin saber hacia donde.
Obama, McCoy, Pizarro y un mail que me mandaron de UPyD dicen que hay que aprovechar para hacer cambios estructurales. Pero en España no se está viendo nada de ésto. O casi nada, para ser justo, sí me parece serio (aunque aislado) el interés de Sebastián por reconvertir la industria del coche (interés mezclado con parchecillos festivos como lo de las bombillas).
Es más, el gobierno está despreciando la oportunidad que le da la crisis para meter mano a la justicia, la educación y a nuestro nudo gordiano, las autonomías.
martes, febrero 24, 2009
Contra los libros
¿Cuantos libros lee una persona en su vida? Supongamos que leemos un libro a la semana lo cual haría una media estupenda de 50 libros al año. Descontando el comienzo y el final de nuestras vidas podemos suponer, de nuevo son grandes números, que podemos leer a este ritmo durante 50 años. Esto haría un total de 2.500 libros.
El primer problema, y es ahí donde iba el señor P., es que muchas casas tienen más de 2500 libros. Existe por tanto un problema de exceso en los libros que compramos.
Pero a mí además el descubrimiento del señor P. me provoca angustia. 2500 libros no son muchos libros. Y esos son todos los que nos es dado leer. Por tanto hay que elegirlos bien, meditarlo, no perder nuestro tiempo con libros malos.
¿Cómo comprarlos? El cuerpo nos pide siempre grandes compras, grandes bolsas llenas en la feria del libro, grandes paquetes de Amazon (clic, clic, clic). Pero estas compran retratan nuestro impulso y nuestros gustos en un momento puntual. Cuando hemos leido ya cuatro o cinco libros de la bolsa o el paquete y nos quedan otros tantos por leer ¿nos seguirán interesando? A saber, posiblemente no. La compra de libros debe ser por tanto impulsiva, inmediata y corta. Pocos libros que leeré inmediatamente.
La señorita G. es más vital. Hace grandes compras (nunca menos de cien euros en la Feria del libro). Disfruta viendo las pilas de libros pendientes de leer. Lee varios libros a la vez, uno en cada sitio de la casa. Si no le gustan los deja.
Yo no puedo hacer eso. Me disciplino para tener siempre en marcha dos libros y sólo dos: uno técnico y una novela o ensayo. Intento no abandonarlos nunca, ni releerlos ni interrumpirlos (porque pienso que la interrupción adultera la experiencia. Imaginaos interrumpir a los quince años, la lectura de "El Retorno Del Rey"). Porque eso reduciría el número de los libros que me ha sido dado leer de 2500 a 2499.
Quizás debería aprender de la señorita G.
lunes, febrero 23, 2009
A favor de Bermejo
A Bermejo le han abatido los suyos, pero no por no tener licencia, ni por recibir regalos de miles de euros, ni por conchabeo con Garzón ni por mantener la justicia en la Edad Media. Ni siquiera por verse con Garzón en medio del proceso de Boadilla (total, igual podían haberse visto y seguro que se vieron en Madrid, no hacía falta esa escena en plan El Hereje, cuando, durante un acecho a la perdiz con reclamo el clérigo le confiesa al doctor Salcedo que "el purgatorio no existe")
A Bermejo le han cazado por la foto vestido de verde, por los ciervos muertos, por la estampa berlanguiana, por la estética.
viernes, febrero 13, 2009
Contra Blanca Portillo
1.- Que El Rey León no es más que una transposición, simplificada, de Hamlet. esto es obvio.
2.- Que la duda de Hamlet es la misma que la de Simba: si aceptar o no las responsabilidades de la madurez.
Juro que hasta entonces no había entendido la duda de Hamlet.
Me parece inapropiado colocar a una mujer, en este caso a Blanca Portillo protagonizando Hamlet y proclamar simultaneamente que no se está cambiando el contenido de la obra. Alega la señorita Portillo que la historia de Hamlet es asexual.
No estoy de acuerdo. Igual que el ciclo del embarazo y la maternidad es femenino el terror a la responsabilidad y la madurez es un mito masculino, el de su adolescencia y juventud. ¿Lo viven las mujeres? Seguro que sí. Pero aún así el director está provocando un cambio de calado en las connotaciones de la obra. Como (y perdón, odio los símiles) como poner un hombre haciendo de doña Inés, una mujer de Otelo o un niño del rey Lear. No pueden presumir de dejar intacto lo que quiso escribir Shakespeare.
martes, febrero 10, 2009
lunes, febrero 09, 2009
Contra los autobuses de la EMT
Dejando a un lado los falsos ateismos (Feuerbach, Marx o Comte, la sustitución de un Dios por otro, "Cuando el hombre deja de creer en Dios pasa a creer cualquier tontería" decía Chesterton) el pensamiento ateo conduce a la negación de los valores trascendentes: la justicia, la solidaridad, el amor se reducen a fenómenos químicos o de economía primitiva. De ahí el pensamiento se mueve logicamente hacia el existencialismo. Y el existencialismo es habitualmente infeliz porque el hombre se ve viviendo una vida insoportablemente leve, que no vale para nada ni por nada, en la que ningún acto tiene ninguna trascendencia.
Para los autobuses de la EMT y los filósofos postmodernos no es así(el postmodernismo es la filosofía de hace veinte años y es la que sustenta los dominicales, los dominicales son el Corte Inglés del pensamiento). Y no disparo al aire, hablamos de Savater o de Sadaba. Me gustaría saber en que punto los filósofos postmodernos, los dominicales y los autobuses de la EMT interrumpen su pensamiento para no llegar al existencialismo.
"Hacia rutas salvajes" de John Krakauer
El libro también cuenta, implicitamente y en sus pocas páginas, de Estados Unidos y su naturaleza hiperbólica. Los (desconocidos para nosotros) Thoreau, John Muir o Emerson están grabados a fuego en el código genético más interno de los americanos.
Un libro bueno y breve. De esos en que el estilo desaparece y queda sólo el autor y la narración, el privilegio de los escritores anglosajones y de los traductores buenos. Quedo al final prendado, con el corazón en suspenso. Supongo que mis inquietudes personales influyen, pero, ¿cuando no? ¿porque no? Al final repaso la bibliografía de Krakauer y veo que me lo he leido todo (menos una cosa sobre los mormones).
El debate que querría Krakauer sobre la razón o no de McCandles es tonto. McCandles tiene razón y Krakauer lo sabe. Su confianza franciscana o sus errores logísticos no pueden con el intrínseco acierto de su vida. La nota final de McCandles ("He vivido una vida feliz...") es definitiva. McCandles tiene el privilegio del bienmorir y diga lo que diga Fesser (pf!) ese es un privilegio absolutamente envidiable.
Nota para mí: recordar la iluminación que del Alto Tajo, comiendo latas de atún que nos regaló un misericordioso, la única comida en 20Kms a la redonda. Que la idea de Francisco (y de McCandles) igual funciona y es que igual todos los días, a las 8 de la mañana, nos volvemos locos y nos olvidamos de los lirios, de las golondrinas y de la vida.