La novela habla de la vida de la comunidad inmigrante en el París de principios de los noventa. Desde el punto de vista del autor la comunidad parece embebida en una especie de debacle sexual (y aquí sospecho que Gamboa navega desde lo autobiográfico hasta lo eroticamente vanidoso).
Es interesante y se deja leer, como una bajada a la tierra de Miller o de Kundera, pero no es la novela sobre la inmigración que me gustaría leer. Los incansables folladores que la pueblan no tienen nada que ver con los inmigrantes andinos de mirada críptica que rellenan las esquinas de esta ciudad.
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