miércoles, agosto 16, 2006

Con las entrañas de un campesino

Esta tierra tan exhuberantemente rica remueve las entrañas del campesino que llevo dentro. Los trigales gordos, las viñas apretadas, el vino suave, los girasoles subvencionados... Es un paisaje hermoso y fertilísimo que me provoca dos dudas:

¿Desde cuando es tan rico este campo? Está claro que en la Edad Media ya había tortas por él, por eso tanto castillo, los Anjou, los Capeto, Valois, Plantagenet y todos los demás amigos. Pero, ¿anteriormente?. En el mundo antiguo la riqueza y la civilización estaban en Grecia, Turquía, Siria, Italia o España. Por aquí correteaban los galos en pelotas, persiguiéndose las hambres y miserias. ¿Que pasó entre tanto? ¿Me creo la historia esa del arado grande qué creó un vergel en medio de las tierras salvajes? ¿Algo de cambio climático? ¿Una vez que se vistieron y dejaron de matarse los celtas resultaron una gente industriosa? La pregunta es para el viscoso Mr. Diamond.

La segunda pregunta la hace ese economista frustrado que todos los ingenieros llevamos dentro: ¿Porque es tan rico y tan hermoso este campo HOY? Y me explico.

Igual que hay motivos objetivos para que los Alpes sean las montañas más bonitas del mundo este campo es muy bonito objetivamente, como el de la Toscana. Los latifundios españoles o americanos pueden tener ese brutal encanto de lo tocho. Las terrazas de Perú o los prados pindios del Pas brillan con el interés de lo acrobático. Pero estos campos, como ya digo y mantengo, son objetivamente bonitos. En ellos (como en la Toscana) se suceden pequeños bosques, sotos, setos y explotaciones mínimas sobre colinas ondulantes.

La sabiduría común atribuirá éste hecho, supongo que acertadamente, a las ayudas comunitarias, es decir, al generoso esquilmamiento del bolsillo de los demás ciudadanos europeos. Sin esta feliz sangría supongo que los agricultores franceses tendrían que vender las tierras para urbanizaciones o campos de golf. Vale. Es el hecho aceptado. Me lo creo. Pero me queda una duda, ¿que sucede con el vino?

Las bodegas de esta tierra son mínimas. No "pequeñas", no "poco pretenciosas". No, son mínimas. Mientras que las bodegas en España son conjuntos de naves descomunales que juntan la uva de miles de hectareas aplicando técnicas semiindustriales, y se acepta que esta es la única manera de tirar hacia adelante al borde mismo de la quiebra, las bodegas del valle del Loira son explotaciones familiares que vienen a ocupar lo que un garaje grande poco más o menos. Cada casa debe de envasar el vino de como mucho 10 hectareas (ahora entiendo un cuento cruel de Dahl, sobre una botella de vino procedente de un determinado terreno junto a cierto chateau, que hasta ahora me resultaba excentricamente refinado). Y aun así por lo que parece se vende y se vende bien a un precio más barato que el del vino español. Y que yo sepa el vino no recibe ayudas.

Ojalá mi duda fuera razonable.

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