En el puente que los une vemos varios candados de estos que ponen los novios de las lectoras de Federico Moccia (¡Ugh!). Están anclados al puente y tienen los nombres de los novios escritos con tipex.

Algunos están tachados, parece una norma hacerlo con pintura morada. Otros ya no están, y su ausencia agita al paseante con un leve soplo de melancolía.

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