Este libro no es una novela ni un ensayo, sino una serie de artículos cortos o miniensayos sobre obras (literarias o musicales), autores o líneas de pensamiento. Kundera queda a una altura enorme, por su visión amplia de la cultura y sus contactos en distintos mundos. El librito pone el listón de la intelectualidad donde debe estar.
Aun con su simplicidad (y una cierta autocomplacencia) este libro es completamente paralelo a "El legado de Europa", de Zweig. Aunque no se habla de ella explícitamente, Europa y lo europeo forman el nexo de los artículos.
Eso sí, es una Europa que va de Francia a Rusia, pasando por Chequia, Alemania o Polonia. No entra aquí el mundo anglosajón. Es curioso como sigue en pie este divorcio, que ya se veía en la obra de Zweig y que viene quizá del Renacimiento.
Y es más curiosa todavía la evolución de España. Seguramente hasta los años 70 nuestros intelectuales (los que hubiera) se identificarían con esa misma esfera gala en la que se mueve Kundera. Pero hoy en día no. Nuestras referencias (no me atrevo a decir nuestros intelectuales, porque cuento y no me queda ninguno) están ahora mucho más en lo anglosajón, en Inglaterra y Estados Unidos.
(Por reseñar una pequeña frase, una muestra. Está sacada del capitulito sobre "Cien años de soledad" y los hijos de los personajes de las novelas: "En gran parte es gracias a la novela por lo que se instala el hombre, como individuo, en el escenario europeo")
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