En teoría un libro muy interesante sobre el proceso de la invención y la creación por un tal Petroski, que presume de ser un buen divulgador sobre ingeniería. En la práctica, un petardo infumable. Cuatro anécdotas (eso sí, interesantes, como porqué las botellas de vino tinto son distintas de las de vino blanco, o la historia del celo) hiladas por párrafos y párrafos reiterando, página tras página, la misma obviedad: que la invención es hija de la frustración. Para colmo el autor comete el insultante error de confundir a ingenieros e inventores lo cual termina de desbaratar sus larguísimas peroratas sobre el cuarto pincho de los tenedores.
1 comentario:
Muchos de los economistas o historiadores que conozco están de acuerdo en que:
1) La innovación es clave para aumentar la productividad del trabajo (y la productividad es casi, la única cosa importante a largo plazo)
2) Pero qué poco se sabe acerca de la innovación!
2.1 Parece que no se debe a incentivos económicos (curioso, hay historiadores solventes que dicen que las innovaciones técnicas no se descubren "cuando las empresas las necesitan", sino cuando "salta la chispa".
2.2 Puede que tenga algo que ver con las guerras (esto es mío): ingenieros, muchas de las cosas que disfrutamos ahora tipo Internet, computadores... etc ¿no se deben a la guerrra fría?
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