¡Que ilusión! La niña por primera vez va a aburrirse al Museo del Prado.
Visitamos la exposición del legado de un tal Errazu, con obras de Fortuny, Madrazo y Rico. Por cierto, web patética tanto la del museo como la de la exposición.
Burguesas elegantes, modelos lánguidas, señores adinerados. Muy decimonónico. Me llevo en el recuerdo un Fortuny mínimo, un marroquí apoyado en una tapia bajo el sol, una imagen recordada (¿quizás con un boceto?) de su viaje por Marruecos.
Luego paseamos un poco por las salas de Veronés. Nos paramos delante de los cuadros, pero en vez del típico discurso alambicado ("...se aprecia la fuerte diagonal que separa una zona de sombras de ecos tenebristas, reflejo del fuerte impacto emocional de la Guerra de Sucesión Finesa...") nos pegamos a lo básico:
- ¡Miraaaa, el perritooooo! ¿Como hace el perriiitoooo? Guau! guau! Miraaaaa, la nenaaaaaa, la mamaaaaaa!
Es domingo, desgraciadamente la entrada al Museo es gratuita, así que está abarrotado de gente a la que la Historia y la Pintura les importa mucho menos que el vermut inminente. No sé que demagogo inventó lo de los museos gratis los domingos. Me figuro que alguno que o no los visitaba o lo hacía entre semana.
Decía mi abuela (y tenía razón) que lo que no se paga no se aprecia. Nadie da vermuts gratis, por eso es tan popular el bebedizo dominical.
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