viernes, diciembre 09, 2005

Peli: Match Point


Ayer fuimos a ver Match Point, la peli anual de Woody Allen.


En general y para quien le importe, la peli es buena aunque olvidable. Al menos no da esa sensación de "que coñazo, tengo que hacer la peli de este año" que estaba transmitiendo Woody Allen en las anteriores. Woody Allen ha conseguido invertir el sentido nutricionista de las películas habituales americanas. El sabe que si consigue colocar una pelicula al año en Europa se forra, cuanto más petarda y olvidable mejor.


El caso es que, como decía, la película es buena. Tiene, en cuatro palabras, simplicidad, elegancia y tensión. Me sobra una palabra, hmmmm... es en colores.


Por supuesto, y como todos hemos leído en las crónicas de la prensa, tiene sorpresa al final, pero no es (como yo esperaba) una sorpresa total que lo cambia todo sino un detalle bastante majo que no gira la historia sino que la conduce. Así que no merece la pena pasarse toda la película pensando que el protagonista en realidad está muerto.


Los actores son buenos, sobre todo él (Jonathan Rhys Meyers). Scarlett Johansonn está muy sensual como viene siendo costumbre.


El argumento principal de la película es la suerte, y es el punto en el que entra la sorpresa de que hablaba antes. Ahora, me llamó la atención un comentario que hizo el tipo de detrás mío, y es el parecido de la historia con la de Ripley. El efecto Ripley, es decir, el protagonista es una persona amoral pero el autor nos hace simpatizar con sus acciones, amorales e inmorales. Esto me llevó a dos reflexiones:


a)Chris, el protagonista, comparte con Ripley su historia social, digamos. Un chico de clase baja que quiere asentarse en una clase alta en la cual se mueve como pez en el agua. ¿Esta es una condición ineludible para este tipo de personajes? ¿Es forzoso que Ripley, o Chris, sean pobres y quieran ser ricos? ¿Si no fuera así el público simpatizaría con ellos?


b) Creo que Woody Allen comete una inmoralidad al presentarnos esta "historia Ripley" como secundaria frente a su discurso primario, que es la suerte. Cuando Patricia Highsmith nos presenta a Ripley su amoralidad es el hilo conductor del relato. Cuando terminas una historia de Ripley acabas diciendo "¿Será hijaputa, que me ha hecho simpatizar con este tío?". Peeeeero en la película de Woody Allen esto es secundario. Simpatizas con el individuo amoral pero el argumento de la película te distrae, no te das cuenta de la propia aberración en la que pecas como espectador. Aquí creo que es el propio Allen el que actúa culpablemente, el que hace una película mala, por tanto, en el sentido moral de la palabra.

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