Este libro es una breve y amena historia de las finanzas, muy bien escrita. En la tercera página ya mencionan los M0, M1 etc..., que para mí es algo así como cuando la filosofía llega a Kant, el punto de obturación de mi cerebro. Pero la oscuridad no va a más.
Cada capítulo del libro se dedica a un tema en particular: bonos, acciones, hipotecas... Lo rastrea desde su comienzo (la Italia renacentista o la Holanda de la Reforma) hasta la gran crisis del 2.008. Esto ayuda a ver el sentido de los instrumentos financieros actuales.
Las referencias a la última crisis hacen el libro oportuno pero adelantan quizás su fecha de caducidad. Por otro lado el autor peca de un cierto Mitemacentrismo: es gracioso y freakonómico explicar todo desde el punto de vista económico, pero también es reduccionista y el autor debería matizarse un poco.
¡Pocas lecturas tan oportunas! Llevaba varias semanas acordándome de lo que cuenta de los bonos, de cómo si las cosas se hacen mal dejan de ser una herramienta, cobran vida y pasan a gobernar la política económica. Esto es lo que ha pasado en España.
Un gobierno puede desobedecer al mercado de bonos, declararse en rebeldía y quebrar. En la Era Colonial los gobiernos occidentales lo evitaban mediante la Diplomacia de las Cañoneras: un acorazado inglés, francés o prusiano bombardeaba el palacio real de algún sátrapa asiático o sudamericano hasta que accedía a pagar sus deudas con dinero o concesiones. Con la Guerra Fría esto se acabó. Gobiernos como el de Argentina han quebrado y, paradojicamente a los pocos años han seguido recibiendo crédito internacional sin penalizaciones.
En el caso de España nadie quiere correr riesgos. La Diplomacia de las Cañoneras ha vuelto en forma de telefonazos americanos, chinos o alemanes.
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