domingo, enero 31, 2010
Magia potagia
sábado, enero 30, 2010
Cuentacuentos en Madrid
Este Cuentacuentos es gratuito, por tanto tienen que estar los padres. Ellos son lo peor, claro. Llegan tarde, a veces con niños que no tienen edad o actitud para ir, reciben llamadas en el móvil (ese Gran Vals de Tárrega...) y cuchichean entre sí.
Lo agradecido es llevarse algún libro. Hoy he cogido uno para cada niña, lo he pagado y luego, como conté antes, nos hemos ido a Olavide a tomar el aperitivo.
Otras veces vamos a La Mar de Letras, una pequeña y preciosa librería infántil en el corazón del viejo Madrid, junto a la Opera. Tienen una buena selección de libros y asesoran fenomenalmente. Los cuentacuentos se hacen en un sotanito en el que me figuro que Alatriste aprendió a jugar al cinquillo. Las actividades cuestan 6 euros por niño. Mientras las hacen los padres podemos tomar el aperitivo en alguna terraza cercana, de las que aprovechan que esas calles están peatonalizadas, o darnos un paseo hacia Sol. Después los niños pueden ir a jugar al parquecito de la Plaza de Oriente.
Jean Andreau. Banking and Business in the Roman World.
Las finanzas romanas parecen estar estratificadas. Los ricos prestaban a los ricos y los burgueses a los burgueses. La banca como tal era una industria de pobres en general. Los ricos se organizaban entre ellos. Si el hijo de un patricio viajaba a Atenas en su "Grand Tour" y necesitaba dinero su padre escribía a algún otro rico ateniense o al "negociador" local de otro patricio romano, que daba dinero al muchacho. El padre luego ajustaba las cuentas con alguna compraventa.
Estas finanzas son, como todo lo romano, muy organizadas y establecidas. Los tipos de interés oscilaban entre el 6% y el 12% según la estabilidad de la época y los plazos de devolución solían ser de tres años. El tipo de referencia que parece ser el patrón base es la productividad de la tierra, que era del 5%.
El autor cae en algunos momentos en pequeños debates muy personales ("Fulanito dice que yo digo..."). Parece haber una apasionada (?) controversia entre los dons sobre el arcaismo o modernidad de la economía romana. La posición del autor parece ambivalente. Los romanos tenían instituciones complejas, sobre todo en la metrópoli, bien defendidas por las leyes, y comprendían bien las relaciones entre tipos de interés, precios y disponibilidad de monedas. Pero no usaban cheques ni pagarés como moneda. Y no entendían la diferencia entre un préstamo al consumo y una inversión. Para los romanos lo importante era la riqueza en bruto y no su producción.
La economía romana parece ser extraordinariamente estable. Desde el siglo III a.c. al IV d.c. funciona de manera constante. Incluso en la Segunda Guerra Púnica el Estado mantiene la economía de la misma manera sin incurrir nunca en déficits. Su evolución es cuantitativa sólo y, curiosamente, a peor.
Las finanzas (el número de banqueros) parece ir creciendo en Roma hasta el S.I a.C. y a partir de ahí va decayendo hasta casi desaparecer. ¿Por que? Parece, intuye el autor, que la crisis del S.III fue en realidad la culminación de una redistribución de riqueza en Roma de la capital a las provincias, consecuencia de la explotación colonial. Italia recibía todos los años dinero de las provincias. Las provincias tenían que ingeniárselas para recuperar dinero desde Italia para pagar los impuestos del año siguiente. Para eso tenían que montar cultivos e industrias que en Italia no necesitaban. La consecuencia final fue que Italia perdió su actividad económica (y sus banqueros) que se distribuyó por Hispania, Galia, Egipto o Africa.
Acaba el libro preguntándose (y respondiéndose) porque la economía romana no llegó a desarrollarse más mientras que en el S.XVI una Europa desunida, caótica y en guerra logró montar un potente sistema financiero. Para el autor la diferenca es la estabilidad de Roma que se mantuvo a través incluso de las guerras civiles. La crisis continua del S.XVI permitió en cambio que el dinero fluyera entre capas, que los reyes tuvieran que pedir el dinero que los banqueros habían obtenido de las capas medias.
Tres segundos de felicidad
viernes, enero 29, 2010
Contra las pensiones
Y no creo yo que ahorrarse unas pensiones en el año 2030 nos ayude a salvar la crisis actual. Lo que hace el gobierno es intentar ganar credibilidad y evitar que le bajen la calificación de su deuda, de nuestra deuda, porque si la bajan más quiebra. Y no se vería (no nos veriamos) en esta absurda necesidad si el gobierno no hubiera pedido prestadas ya cantidades escandalosas para mantener sus Planes E, aumentar las ayudas sociales y en general mantener a esa caterva de zánganos a los que alimenta, a los que alimentamos.
Contra mí
miércoles, enero 20, 2010
Contra Vic
Empadronar a un inmigrante implica darle los servicios de sanidad y de educación. Hace ya varios años se discutió si los sin papeles tenían derecho a estos servicios y se decidió que sí. No sólo por decencia humana, también porque en ese momento nos interesaba como país tener mucha inmigración, legal, ilegal o mediopensionista. Esto es cosa juzgada y el ayuntamiento de Vic no es quien para revisarlo.
¿Se puede revisar esta decisión a nivel nacional? Sí, claro. The Economist tuvo hace tiempo la decencia de declarar que, en su opinión, debían retirarse esos derechos. A mí no me parece buena idea. No sólo por un tema de principios y de decencia humana. Es que ni queremos ver a los sin papeles muriéndose en la puerta del hospital, ni querríamos que sus hijos se pasaran el día vagabundeando por la calle. Todos sabemos que la principal función del sistema educativo es tener a los chavales entretenidos y sin delinquir hasta que puedan ir al trabajo o a la cárcel.