He descubierto en este libro a K., un magnífico escritor aunque su apellido sea absolutamente irrepetible. Culto y sensible, recuerda a la vez a Kundera y a los idealistas franceses de mitad de siglo (Exupery o Herzog, para mí vale la alineación). Supongo que es el escritor al que querría parecerse el Otro Reverte cuando sale del bar del hotel. Cada página tiene una cita memorable, una frase para pensar.
K. entremezcla en este libro notas de sus primeros viajes de reportero con extractos y glosas de la "Historia" de Herodoto que le acompañaba . ¿Tardó veinte años en leerse el libro? A mí a veces se me atascan algunos pero nunca tanto. Que paciencia.
Aunque, salvando las algo tramposas notas autobiográficas iniciales (¿alguien se cree que K. permaneció virgen de cultura clásica hasta acabada la carrera?) el que brilla finalmente es Herodoto. Me encuentro al leer el libro que me entretengo más con la letra cursiva que cita a Herodoto en sus batallas, heroísmos, vilezas y desnarizamientos que en los suaves recuerdos de funcionarios, trenes o chadores del propio K.
1 comentario:
Gracias por la recomendacion, tomo nota!
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