Mi post anterior denunciaba el paso amarillista y desordenado de la, aparentemente, escolástica ciencia actual. Esto sesga el avance del conocimiento humano hacia lo anecdótico y lo pop (las mujeres desnudas en la sala de torturas).
Sin una sistematización de los temas de investigación, el conocimiento humano caminará hacia las obsesiones particulares de catedráticos, patrocinadores y editores. O hacia aquellos temas que permitan al estudioso, en caso de que fracase su investigación, disfrutar de una agradable charla de café con la familia y amigos (las mujeres desnudas en la sala de torturas).
Interesado en el bien general de la Humanidad vengo a proponer el siguiente Método:
En el mundo hay unas 13000 universidades, al menos que tengan un web. Descontando las universidades silvestres y las que venden títulos basados en la experiencia de la vida, yo creo que rondaremos los 10000 centros.
Repartamos entre estos centros el saber humano. Propongo, por ejemplo, el sistema Dewey de clasificación bibliográfica, que divide el conocimiento o desconocimiento humano en 1000 áreas. Dividamos estas cada área de conocimiento en otras 10, siguiendo el mismo sistema, y asignemos cada subarea resultante a una universidad. Propongo hacer la correlación por orden alfabético, porque la marcha de la ciencia exige rigor e imparcialidad en sus asignaciones.
A continuación continuemos con las subdivisiones sistemáticas de las distintas materias hasta llegar a una asignación perfecta de temas a investigadores, en la que no habría materias sin investigar ni trabajos redundantes.
De esta manera llegariamos a un avance del conocimiento realmente sistemático, óptimo en esfuerzos y resultados.
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