Como no había menciones creía que nadie más lo había notado. He visto la primera mención en el artículo de Umbral de hoy, desgraciadamente inlinkable.
Yo estaba recontando las uvas a ver si estaban todas, y alguien puso el televisor y empezaron las mujeres "mira, va con capa, seguro que la pone de moda." "Pues fijate el recogido" y tal y tal... Cuando vemos que al novio de mi prima (en su presentación familiar) se le disipan de golpe las nieblas del Rioja Gran Reserva, se le salen los ojos de las orbitas y se le pone cara de que le
empieza a gustar la navidad española. Alguien grita: "Se le ven las bragas!" y se monta la marabunta familiar. Con el escándalo no me concentré bien en el recuento, me quedé con dos uvas de más y bastante cara de tonto después de la última campanada.
Ayer no encontré en la prensa real ni virtual ninguna mención mención a la lencería de Anne (¿como se llamaría esta chica al nacer, lo cual hizo, si no me fallan los cálculos jamoneros, cuando todavía vivía el caudillo ferrolano?). No esperaba un titular a cuatro columnas, pero dada la tendencia hacia lo ínfimo del periodismo español, si por lo menos una mención en portada ¿Habiamos sufrido una alucinación multimedia? ¿O es que nuestro fascismo endémico se había convertido en un pudor patológico y definitivamente antiepitelial?
Afortunadamente ha venido Umbral a reconciliarme con mi racionalidad y el sentido familiar de la normalidad. A Anne se le veían las bragas. Feliz 2006.
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