En el curro todos o casi todos nos dedicamos más o menos a camandulear intentando malamente justificar nuestro sueldo. Un esfuerzo inútil porque al final acabarán por subcontratar nuestro trabajo a un hindú. Pero al menos antes pensábamos, bueno, hay gente que tiene trabajos importantes. Por ejemplo los diplomáticos, que visten trajes caros, van a cenas de alto nivel en que se sirven bombones Ferrero-Rocher y hacen un trabajo de extraordinaria importancia para los intereses de nuestros países. Su importancia nos consolaba de nuestra irrelevancia.
Hasta que salieron los dichosos wikileaks.
Ahora hemos visto que los diplomáticos se dedican a camandulear intentando malamente justificar su sueldo. Los wikileakes demuestran que los servicios de asuntos exteriores son un magnífico e inútil despilfarro. Lo mejor sería subcontratar su trabajo a unos hindús.
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