viernes, julio 16, 2010

Munchkin


Soy un medio elfo, clérigo y ladrón de nivel 9. Tengo las Mallas de Fuerza Prodigiosa, el Casco de Poder y la Pócima Asquerosa. Mi predecesor ha enterrado profundamente al último monstruo así que no puedo resucitarlo y debo abrir una nueva puerta. ¿Qué me encuentro? ¡Maravilloso! ¡Las novias esqueleto! Me lanzo contra ellas con todas mis armas y para asegurar mi merecidísima victoria invoco el hechizo de Doppelganger duplicándome, en plan Matrix, en dos superguerreros. ¡Voy a ganar! Pero no. Mi vil predecesor (enano guerrero) lanza un nuevo hechizo y desconcierta a los esqueletos que se van a joder a otra parte (al elfo del otro lado de la mesa, para ser exacto). Y en la siguiente mano viene el cobrador de impuestos y pierdo, además de la poca moral que me quedaba, todos mis artificios mágicos.

Venció finalmente el Polemarca, el dueño del juego, espero que le consolara por las cartas que perdió diluidas en cerveza.

Por lo demás, juego de cartas para connosieurs de los juegos de rol. Debemos de ser muchos para que haya habido tantas expansiones. Está lleno de guiños y bromas. Al principio pensaba que provocaría demasiada diferencia entre ganadores y perdedores, porque es realmente complicado salir de los niveles más bajos pero según se suben niveles es más fácil vencer a los monstruos. Pero al final llegamos todos en bloque a los nueve puntos. Supongo que la estrategia adecuada es dar caña desde el principio para mantener abajo a los rivales pero no lo hicimos (ese corazoncito solidario de jugador de rol, sois todos un grupo, estais sentados alrededor de la mesa de una taberna en la aldea perdida de ...). El juego es un tanto impredecible, eso sí, ninguna estrategia se sostiene cuando de repente puede aparecer un vendedor de seguros o un vómito galáctico.

1 comentario:

Gingiman dijo...

O el legendario Dragón de Plutonio...
Está muy divertido el juego y sobre todo me gustan las negociaciones que se establecen entre los jugadores, porque mientras esten de acuerdo y dentro de los limites del juego son tremendamente creativas.

Yo game mi ultima partida... (jejeje)