Pero estamos a menos de una semana para que arranque el curso escolar, modalidad guardería (QED: políticos y periodistas no tienen hijos de menos de 3 años) y a menos de mes y medio para que las temperaturas empiecen a mirar al sur con decisión. Y yo sigo mirando en mi buzón esperando encontrar:
- Idealmente un folleto del gobierno, coordinado con las comunidades autónomas y la Unión Europea explicándome qué tengo que hacer con la gripe A si es que tengo que hacer algo. Si hay que refugiarse en las montañas, tapiar las puertas de los infectados, encerrarlos en un sector especial de la ciudad (sugiero los PAUs que están vacíos e incomunicados) o matarlos incrustando un objeto contundente en su cerebro. O si basta con quedarse en casa y llamar al médico cuando los pulmones suenen a orquestina de pueblo.
- No tan idealmente: un volante diciéndome que día tendré ese folleto.
- Y en un mundo perfecto: una explicación de porque en España no se pueden fabricar vacunas, y qué vamos a hacer para que cuando llegue La Próxima Pandemia (sea el moquillo aviar o las almorranas ugandesas) no sea necesario pedir las vacunas a los Reyes Magos o a San Pascual Bailón, sino que tengamos un cierto control sobre su producción y recepción. Después de gastarnos 8 mil millones en pistas de padel rural, podíamos haber guardado algo para medicinas.
martes, agosto 25, 2009
Contra la gripe A
Creo sinceramente que la gripe es Otra Serpiente de Verano, alimentada con el vacío interior que sienten los periódicos de virgen a virgen.
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