martes, marzo 24, 2009

Contra la panadera de Montejo


La panadera de Montejo es alegre y dicharachera. Mientras atiende lanza pastelillos a los compradores. Esta es la misma que salió en el programa de Labordeta pero allí salía callada, seria. De alguna manera se supone (o supone Labordeta) que la gente del campo tiene que ser seria, firme, dura como el terreno que pisan, ligeramente puertourraquistas.

Es una tradición inventada: la panadera seria, la mochila siempre incómodamente colgada de un solo hombro, el personaje afable ("hombre, Labordeta, como tú por aquí").

La panadera se asombra de que yo llegue tan pronto (a las nueve menos cuarto). Yo me asombro de que se asombre. Me cuenta que desde hace siete u ocho años los madrileños llegamos mucho más tarde. "Habéis dejado de madrugar." Le respondo que el monte no espera y que hay que acordarse de la recomendación de la Guardia Civil: "lo primero que hay que llevarse al monte es un buen madrugón".

(claro, dirán los labordetistas con toda razón, tú también estás dando forma y diálogo aquí a la panadera de Montejo según tú real gana)

La panadera me cobra el pan de pico para mí y los cojonudos para casa: 8 euros y medio. Los cojonudos están buenísimos, pero menudo sablazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los cojonudos siempre me parecieron sobrevalorados. La única diferencia es que ahora la panadera ya lo sabe.

Le pasa a (casi) todos los panaderos a 2h de distancia.

Notable post.

Anónimo dijo...

A mí me parecen estupendos. Aunque si tengo que elegir un dulce serrano sería la torta de chicharrones. No la torta blanda y bizcochera que se encuentra normalmente sino una algo más dura, a mitad de camino entre el pan y el hojaldre. Me cuesta mucho encontrarla y cuando la veo no puedo comprarla por motivos de peso...