¡Quita! dirá el presidente Zapatero. España puede aportar su experiencia en el control financiero. ¿Cómo? Muy fácil: la mitad de la banca es nacional, bueno, no es nacional sino que depende de ínfimos políticos locales, sindicatos y obispos. Su calificación por las agencias de riesgos está a niveles argentinos pero no importa ¿quien se fía ahora de las agencias de riesgos? En última instancia estos bancos, las cajas, no dan problema porque las autonomías que las recubren pueden endeudarse ad-infinitum.
La otra mitad de la banca está dividida entre dos banqueros, gordos, calvos y bien avenidos. Así nos ponemos a salvo de los perniciosos efectos de la libre competencia.
Por último se crea una gran burbuja inmobiliaria, la segunda mayor del mundo, contruida por el mayor bloque de inmigrantes del mundo mundial, y se deja a la banca alemana, danesa o inglesa que nos la pague.
Para contar ésto no hace falta ir, podriamos mandar el powerpoint por correo. Así no nos hacían preguntas embarazosas al final.
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