martes, septiembre 30, 2008

Contra los Bonos

Ayer, en el último turno de preguntas de la Comisión de Igualdad, una diputada del PP leyó indignada a la ministra el texto de un anuncio radiofónico del Ministerio de Economía. El texto era bastante sexista. La respondió que actuaría inmediatamente. A las pocas horas el anuncio se retiraba.

Los medios reflejaban la noticia, en general cabreados con la falta de sensibilidad del ministerio de Economía.

Pero no he visto que nadie se pregunte porque, con la que está cayendo, el Ministerio de Economía saca dinero del mercado vendiendo bonos. Yo no sé de ésto, pero aunque indirectamente, esos bonos quitan dinero que podría estar en el interbancario bajando, por ejemplo, el euribor.

Espero que Anonymous me aclare algo.

jueves, septiembre 25, 2008

Felicidad servil.

Una chispa de felicidad servil.

Ayer me quedé hasta medianoche limpiando el Inbox de mi Outlook (mi Outlook es mi vida, o al menos un buen 75% de ella). Cuando llegué de vacaciones dediqué esos primeros días de aterrizaje a reducirlo, la excusa típica para que no te llame nadie, estoy ocupado poniendo al día los correos. Creo recordar que llegué a 50. Pero ahí me confié, se me escapó, subí otra vez a 300, lo estabilicé entre 170 y 250.

Cuando el Inbox se me desborda, cuando pasa de 50 correos y no puedo repasarlos en diez minutos por la mañana se me desborda la vida. Al menos el trabajo. ¿Cuantas deudas tengo acumuladas en letra negrita? ¿Cuanto debo y no lo sé? Laboralmente estoy ciego. El trabajo se convierte en un continuo ir y venir de las profundidades del Inbox a su superficie, sin poder pasar a la Task List.

Ayer me quedé hasta medianoche y acabé con el Inbox en 12. Es la felicidad servil.

miércoles, septiembre 24, 2008

Crisis y cerveza


Cervezas en el Escudo de León. Las acompañamos con bravas, rabas, gambón a la plancha, oreja, alitas de pollo y bravas otra vez (cortesía de la casa)

Tenemos poco tiempo para contarnos las vacaciones. El señor R. ha cruzado Indonesia de isla en isla y de aldea en aldea. Don J. estuvo en Japón, visitando el sur de la isla de Honshu y duchándose sentado. Mr.B. fue a Nueva York. Ya que estaba allí fue a visitar a un amigo a Seattle y juntos decidieron que lo que les apetecía realmente era irse de crucero por Alaska. De vuelta, y ya que estaba allí, se fue a Las Vegas.

Con tanto viaje tenemos que dejar en el tintero la crisis. El Polemarca me pregunta por ella en el coche. Consensuamos que es un poco alucinante que los americanos hayan decidido pagar a escote la orgía de los inversores. En mi opinión Bernanke y Paulson, que no quieren salir en los libros de Historia, han perpetrado el mayor robo de la Historia. La sociedad americana, entre el susto y las elecciones se está dejando engañar.

Nos preguntamos como se va a pagar esa barbaridad. Aventuro que Bernanke tendrá alguna ventana web en la intranet de la Fed con una casillita que dice "Enter the import to emit" o algo así. Le da al cero hasta que se aburre y luego al botón de "Emitir". ¿Are you sure? Click, Yes, ale, otra crisis financiera solucionada. (hoy leo que se va a emitir deuda, o sea, más o menos lo mismo)

Algo nublado por la cerveza razono que esto del bailout es una cagada de dimensiones galácticas. Que si los inversores y los accionistas de la banca de inversión se equivocaron lo tienen que pagar. Y que si hay que rescatar algo con dinero público será después de que los ejecutivos hayan perdido hasta su última corbata de seda. Krugman, presumiblemente sobrio, no consigue ser más preciso que yo.

Mc.Coy enlaza hoy una propuesta más constructiva, v.g., que la deuda empiece pagándose en acciones. Pero:
a) Dudo que las acciones de AIG, LB, etc... valgan una fracción importante de lo que se debe.
b) Unas acciones de Lehman Brothers son tan útiles a un inversor como una casa en los suburbios de Denver lo es para Lehman Brothers. Al menos en la casa puedes montar una fiesta.

domingo, septiembre 21, 2008

John Irving. Una mujer difícil.

Intento convertir éste en un blog de excursiones y libros. No lo consigo. De excursiones no porque no las hago. De libros tampoco porque el trabajo me ha degenerado y ahora soy incapaz de escribir un texto que no sea técnico (capítulos, subcapítulos, listas de bolas, adiós metáforas, la redundancia es recomendable). Este colapso verbal me impide escribir, por ejemplo, sobre este libro de John Irving. Al menos sí creo que puedo ordenar mis ideas.

El libro tiene realmente tres partes. Las dos últimas son completamente olvidables (salvando la última página de la última parte, que es un retorno a la primera, la buena). Creo que son olvidables porque son repetidamente autobiográficas y onanistas. Como demuestra Irving en la propia novela los escritores no deberían escribir sobre escritores (y no deja de haber en este tema una broma oculta: Ruth niega ser autobiográfica aunque claramente lo es, la conclusión sobre Irving queda ahí tendida)

La primera parte es preciosa. Un acto contínuo de trapecismo narrativo, una historia que salta entre lo sensible y lo ridículo, puro Irving. Hay nostalgia, hay falta de culpabilidad, hay un erotismo festivamente biológico y está Marion. ¿Que lector no se enamorará de Marion?.

Lo único salvable de las dos siguientes partes son los hilos y los recuerdos que fluyen desde la primera. Eddie, por ejemplo.

La película se quedó en la primera parte (con Kim Basinger como Marion). Los editores españoles (Tusquets) cambiaron el título poniendo el interés también en Marion (de "A widow for one year" a "Una mujer difícil") Lo compensan cagándola completamente con el resumen de las solapas, diseñado triunfalmente para triturar la experiencia del lector.

Mi recomendación: el balance no es malo. Lo recomiendo a chicas sensibles pero no impresionables por la parte más viscosa de la sexualidad y siempre que no lean las solapas. Para el lector economicista lo pediría prestado y me leería sólo la primera parte.

Boda en Logroño


Boda en Logroño. Habiendo visto "El Sur", ¿como no bailar un pasodoble con mi hija?

miércoles, septiembre 03, 2008

martes, septiembre 02, 2008

Embaracemos a De La Vega.

La crisis se nos viene encima estrepitosamente. No creo que la última payasada de Garzón (esta especie de Causa General inversa) logre distraer al personal. Lo único que podría, podría digo, distraer la atención del populacho (siempre tan centrado en el funcionar contínuo de sus pobres tripas) sería que De La Vega se quedara embarazada de un adolescente estadounidense.