El libro describe la importancia que tienen o van a tener los agentes software. Hace una definición de agente software, eso sí, amplísima, en la que puede entrar hasta un SAP. Así que vale, sí, son sistemas muy importantes. El lector tiene que hacer internamente la atenuación a dos familias de software posible: programa pequeño y autónomo, basado en reglas, quizás en redes bayesianas, con una representación modelada del mundo exterior, que puede comunicarse con su entorno o con otros programas similares. O un programa que observa lo que hace un usuario e intenta ayudarle.
Más allá de este punto no añade mucho. O sea, algo simple, obvio, podríamos no haber aprendido nada. Y aun en su simplicidad el lector puede sacar una conclusión importantísima. Al acabar el libro me di cuenta de que estaba escrito... ¡en 1997! (por eso estaba agotado). Pero el software basado en agentes (basados en reglas, bayesianos, distribuidos, intercomunicados) sigue siendo una promesa. Esta conclusión me ha permitido pronosticar lo que iba a pasar (y ha pasado) a determinadas apuestas tecnológicas de mi entorno.
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