jueves, agosto 26, 2010
miércoles, agosto 25, 2010
Julia Navarro. "La Biblia de Barro"
El lector serio selecciona sus libros con propiedad y referencia (¿he contado ya la teoría de los 2500 libros?). Yo me he leído "La Biblia de Barro", de Julia Navarro, porque aparecía en "1001 libros que hay que leer antes de morir".
Bueno, pues este libro (el 997 o así) es una cosita aseada, una novelita de verano que se lee al principio con algo de interés y luego con un tranquilo hastío. Doña Julia ha cogido algo de Dan Brown, algo de Ludlum, algo de buen rollete progre y le ha dado una plasta de suavidad. Los malos son nazis, los americanos van a invadir Irak porque en realidad son nazis refugiados, las arqueólogas son simpáticas y están buenas, las criadas chiíes son fieles y las estancias de los zigurats siguen en pie (en todo caso un poco desordenadas). Ah, buenísimo lo de la elegante constructora catalana, nieta de anarquistas y superviviente de un campo de concentración.
Lo más interesante de la novela (y lo único que me mantuvo pegado a ella) es el pretexto argumental: la posibilidad de que Abraham hubiera dictado el Génesis según su entender a un escriba caldeo. ¡Pero es absolutamente increíble que Abraham lo dictara tal y como aparece en la Biblia de Jerusalén! Entiendo que, aunque sea progre "Doña Julia" no quiere meterse en líos teológicos y prefiere tirar tal cual por la calle de en medio.
La idea es buena, ya lo digo, buscar ese momento en el que alguien (quizás en realidad el "yahvista") refundió los mitos mesopotámicos dándoles un viraje sorprendente.
Pero que lo tenga claro cualquier lector: es alucinante que "La Biblia de Barro" sea considerado uno de los 1001 libros que hay que leerse antes de morir. Ignoro y prefiero no imaginar que mecanismos han llevado esta novelita a una lista de nombre tan existencialmente pomposo. Amigo lector, ya te lo digo: si todavía no has leído "La Biblia de Barro" puedes morirte tranquilamente.
Bueno, pues este libro (el 997 o así) es una cosita aseada, una novelita de verano que se lee al principio con algo de interés y luego con un tranquilo hastío. Doña Julia ha cogido algo de Dan Brown, algo de Ludlum, algo de buen rollete progre y le ha dado una plasta de suavidad. Los malos son nazis, los americanos van a invadir Irak porque en realidad son nazis refugiados, las arqueólogas son simpáticas y están buenas, las criadas chiíes son fieles y las estancias de los zigurats siguen en pie (en todo caso un poco desordenadas). Ah, buenísimo lo de la elegante constructora catalana, nieta de anarquistas y superviviente de un campo de concentración.
Lo más interesante de la novela (y lo único que me mantuvo pegado a ella) es el pretexto argumental: la posibilidad de que Abraham hubiera dictado el Génesis según su entender a un escriba caldeo. ¡Pero es absolutamente increíble que Abraham lo dictara tal y como aparece en la Biblia de Jerusalén! Entiendo que, aunque sea progre "Doña Julia" no quiere meterse en líos teológicos y prefiere tirar tal cual por la calle de en medio.
La idea es buena, ya lo digo, buscar ese momento en el que alguien (quizás en realidad el "yahvista") refundió los mitos mesopotámicos dándoles un viraje sorprendente.
Pero que lo tenga claro cualquier lector: es alucinante que "La Biblia de Barro" sea considerado uno de los 1001 libros que hay que leerse antes de morir. Ignoro y prefiero no imaginar que mecanismos han llevado esta novelita a una lista de nombre tan existencialmente pomposo. Amigo lector, ya te lo digo: si todavía no has leído "La Biblia de Barro" puedes morirte tranquilamente.
martes, agosto 24, 2010
En defensa de la braga de cuello vuelto
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