jueves, noviembre 19, 2009

Cormac Mc Carthy. No es pais para viejos.

Librazo, cortito pero librazo. Un hombre común encuentra, cazando en la frontera entre Mexico y Estados Unidos, los restos de una matanza entre traficantes de droga. Y de entre esos restos rescata una maleta con dos millones de dólares. El hombre huye con la maleta, perseguido por Sighurgh, un implacable asesino a sueldo. Hay además un sheriff y una chica y otro pistolero pero bueno, no importan tanto.

Supongo que esta es la novela que le hubiera gustado escribir a Reverte. Eso marca, pienso yo, la diferencia de nivel entre la literatura americana y la española de hoy. Abismal.

La novela me ha recordado algo, claro, a Meridiano de Sangre aunque es más moderada, menos explosiva y colorida. Sighurgh es en casi todo el libro una mezcla de destino y muerte, o de algo peor que la muerte. Así parece un avatar menor del Juez.

Pero al final o casi veo a Sighurgh como un individuo patético, no sé si se puede ver aquí una superación de la perfección maligna del Juez. Creo que esas escenas finales también encierran la opinión de McCarthy sobre las éticas autoimpuestas. Pero habría que ir a la cabaña cueva o torre petrolífera en la que se esconda hoy el autor para poder preguntárselo.

lunes, noviembre 16, 2009

Una experiencia enológica

La semana pasada encontré en mi terraza, olvidado, un garrafón de vino. Era un contenedor de cinco litros, como un tetra brik enorme con un grifito para servirse. El vino era un blanco de Rueda de una pequeña bodega sin más clasificación, seguramente hecho con viura en vez de verdejo. Llevaba varios meses expuesto al sol, el calor y el frío así que tenía que estar muy estropeado. Aun así lo pasé a un par de botellas y me serví una copa.

El vino se había oscurecido, pero no se había avinagrado. Sabía algo regular, la verdad, pero olía a gaviotas, a basa, a algas y a mar, a prados, bígaros y quisquillas.

En los veranos de los setenta salíamos de paseo con mi padre desde Astillero cruzando la ría por el puente moderno hasta la primera casa de Pontejos, que era (y todavía es) un bar llamado "La primera del puerto". Allí mi padre se pedía un blanco con unos caracolillos o unas quisquillas para mi hermana y para mí

En aquella época los blancos de Rueda eran todavía recios (Marqués de Riscal estaba empezando su revolución). Además el transporte los debía de trastocar bastante dándoles un sabor peculiar. Los santanderinos opinaban que el viaje los hacía mejorar.

Así que supongo que lo que pasó en mi terraza este verano fue una especie de ejercicio de arqueología enológica, una reconstrucción del magreo químico que sufrían los vinos de Rueda al viajar al Norte.

Me he bebido las dos botellas, no estaban tan buenas como estaba el vino original pero han resultado interesantes y evocadoras.

jueves, noviembre 12, 2009

Julio Valdeón. Los Trastamara, el triunfo de una dinastía bastarda.

Este libro cuenta la historia de los Trastamara. Lo hace en capítulos breves, dedicados a cada rey y estructurados siempre de la misma manera.

Los Trastamara arrancan con Enrique II el de las Mercedes, que venció en Montiel a Pedro I. Con Fernando "el de Antequera" pasan a reinar también en Aragón. De sus hijos Alfonso V el Magnánimo se lanza al Mediterráneo, mientras Juan y Enrique enredan en Castilla (los "infantes de Aragón" de Jorge Manrique). Finalmente Juan se hace con la corona de Navarra y de Aragón (Este Juan es padre de Carlos, el príncipe de Viana, y de Fernando el Católico.)

Algunos temas son constantes en este periodo. Uno es el de las "mercedes" o donaciones a los nobles. Veo que, aunque son muchas, suelen centrarse en unos pocos pueblos o valles que se iban dando a unos o a otros. ¿Por qué esos pocos sitios? No me queda claro si son los únicos que tenía el rey para dar, o los que llevaban asociado algún tipo de prestigio.

Otra constante de ese siglo es el antisemitismo que se extiende por toda la Península. También aparecen entonces los validos, desconocidos hasta entonces.

El libro entra en la política y la economía, sucinta pero efectivamente. Queda sin explicar (no sé si alguien lo sabe) porque la economía catalana no dejó de decaer en todo el siglo. Tampoco se explican los mecanismos o estructuras del gobierno más allá de la existencia de las cortes. ¿Existía un estado? Parece que sí. ¿cuan complejo?

El tema militar es confuso. Es una época de luchas de banderías en todos los reinos, pero apenas se explica que suponen, si había bandas armadas por todas partes, o si eran principalmente reyertas callejeras. No queda claro como una protesta se convierte en guerra abierta, cuando los nobles forman o no un ejército, como lo pagan y donde lo llevan.

Para mí el principal misterio, y no sé si habrá libro que lo trate, es el del carácter Trastamara.

Aunque tuvieron distintos caracteres y recorridos parece constante en ellos la idea clara de lo que es el gobierno real y la ambición de detentarlo. Parecen en general además agitados, inquietos. El autor no se para en este análisis. Los Trastamara llevan a la Península Ibérica de la Edad Media a la Edad Moderna. La colocan unificada y a la cabeza de Europa ¿Por qué fueron ellos precisamente los que lo consiguieron? Pienso, y es mi conclusión, que los Trastamara debían de tener algún rasgo familiar, una cultura de familia, que les llevaba a ir siempre un paso más allá en el ejercicio del poder.

amazon.com vs. amazon.co.uk

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amazon.co.uk: 4,5 libras por envío, 1 libra por libro (logicamente)

No he visto herramientas para pasar libros entre whish lists.